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lunes, 7 de abril de 2014

CINE DE BARRIO

¡Ya era hora!, ya era  hora. El nefasto cine  español  puede  sentirse  orgulloso,  porque  por  primera  vez en mucho  tiempo la gente  ha  vuelto a  llenar  las  salas  de  los  cines como  antaño,  nadie  podría  adivinar  por las  estampas  de  rebosantes  colas  que  el precio ronda  a  los  nueve  euros  en  fin de  semana  y los siete   en un día labora. No sé  que  da  más  miedo, si el precio  o  el entrar sin saber  si es  una  buena  película o por el contrario  un peliculón.  Tal vez  por eso,  sumado a  muchos  factores la  gente  no se  atreve  a  entrar  a  ver  películas   nacionales, y es  que  a decir  verdad  el  cine  español esta  muy infravalorado,  menos  mal, que  películas  como ocho apellidos  vascos  hacen resurgir de  las  cenizas  a  al gran ave  Fenix.
Necesitábamos  eso, al mal tiempo buena  cara. Las  personas  ya estaban hartas  de  tanto largometraje de  guerra  civil y de  vivir  siempre  retroalimentándonos de  nuestro turbio pasado, era la hora  de  empezar a  sonreír  al presente  y lanzar  una  carcajada al  aire, ahora nos  hemos  dado cuenta  que  la comedia  es  nuestro punto fuerte,  nadie  se  ríe  como los  españoles.  Aunque  abusemos  de  clichés, aunque  nos excedamos en  rostros  conocidos  es  evidente  que   se  ha encontrado  la  fórmula  del éxito.

No  debemos  olvidar  que  esto no empieza  aquí,  el cine  español subió un peldaño  con P  y  Bardem, pero  dos  más  si cabe  con el gran J  Antonio Bayona quien llevo  lo imposible a  algo real,  posible, el cine  español en  la alfombra  roja.  La  película  taquillera  no hizo más  que  desatar las  críticas, buenas claro,  y así, desde  ese  momento  varias  decenas  de  películas  con el sello  español  que  han liderado en  nuestros  cines.

Desde  quien mato  a  Bambi, pasando  por  la  gran familia  española   y acabando con los recientes  éxitos ya podemos afirmar  que  la industria  del cine  española  está  de  enhorabuena, más  lo estaría  si  nuestro inepto  ministro levantará  el veto del super  Iva del 21,  pero  como he dicho, es  inepto. Y quien es  inepto  es  inepto.
En definitiva,  que  gracias  a  Ocho apellidos vascos, y  unas  cuantas  más nos hemos dado cuenta  que lo que con tanto empeño criticamos, y que nada  apoyamos  merece  la  pena,  a  lo mejor  es  la hora  de  pensar  cuantas  películas  buenas  nos  habremos perdido  por el hecho de  decir: "otra españolada  más".

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