Las noticias desde la perspectiva de un joven del siglo XXI

jueves, 4 de febrero de 2016

NOSOTROS LOS MUNDANOS

Creo, y cada vez con más certeza, que tendemos a ser hipócritas por naturaleza. Por naturaleza y por gusto;  debemos encontrar un morbo oculto implícito de manera taciturna a la hipocresía. Como si de un séptimo arte se tratara nos jactamos e incluso avergonzamos de ciertas actitudes moralistas que tenemos. Juicios de valor cargados, precisamente, de injusticia. Encendemos la televisión, abrimos las revistas o deslizamos el cursor por las redes sociales, dictamos sentencia sin pensar en las consecuencias.  Sin autocrítica y mirando la paja en el ojo ajeno,  examinamos y  ponemos en duda todo tipo de actitudes.  Dibujamos, por ahora, de manera imaginaria, las líneas del bien y del mal, nadando inconscientemente entre las dos aguas. Formamos parte de una sociedad  que  construye una fachada de cartón piedra, la pinta y decora, sin darse cuenta que detrás de todo el carnaval, no  hay nada más que una pared oscura igual que todas las demás.

Criticamos lo que fueron, lo que son y serán; nos  molesta todas las actitudes: buenas, malas y neutrales. No hay nada que se ajuste a nuestra forma de ver y pensar; Colgamos fotografías mofándonos de los personajes públicos en situaciones embarazosas, ya sea ebrios o sin ropa interior. Todo, absolutamente todo nos parece amoral en el juego de la vanidad, todo nos resulta poco ético. No somos dignos de ser analizados, no podemos mirarnos al espejo porque en el cristal todo es superioridad, todo es de admirar, para el error no hay cabida para esta sociedad perfecta y perfeccionista.
Hemos extrapolado las actitudes de la prensa rosa a nuestra vida, hemos hecho de nuestras redes sociales y de nuestras conversaciones un "Crónicas Marcianas" en potencia. Nos desnudamos por completo al puro estilo Gran Hermano, nos dejamos ver en ropa interior, en pijama e incluso debajo del edredón, comentamos a viva voz nuestras opiniones políticas, nuestros deslices y  los pecados capitales del viernes y el sábado.  Nosotros los mundanos ya no estamos exentos, nosotros los mundanos ya nos cuestionamos entre nosotros. Ahora el show no parece tan gracioso, los toros desde la barrera no parecían tan peligrosos.