Hoy toda la prensa deportiva española se hace eco de la noticia, y es que los ilicitanos presenciaron ayer en su partido contra el Real Madrid ciertas anomalías que hizo que el sabor al empate volara por los aires. No quiero decir que el árbitro Muñíz no fuera serio y objetivo, sino que tal vez muy amigo del refranero español, y por dinero baila el perro, y este no bailó, sino que hizo un bochornoso espectáculo de acrobacias y patinaje sobre césped al son de los pitidos y abucheos. Fernández cambió las mazas por tarjetas e hizo que la segunda parte del partido fuera una constante película de humor televisada en directo.
Llegados a este punto hay que recordar un programa de radio Marca Elche, a mediados de agosto en el que se recordó que con la incorporación del equipo ilicitano en la Liga BBVA también entraría en el juego el de los cheques llenos de ceros y los sobornos injustos que dejan imágenes tan alarmantes como las de ayer.
Pese a que la prensa deportiva durante un día se haya hecho un hueco en la prensa amarillenta, con jugosos titulares, cabe recordar que lo que se vivió ayer en el estadio aparte de un robo fue una posesión total del balón del Elche C.F. No solo por sus pases ágiles y sus chutes temerarios, sino por una afición de corazón dividida que se decantó por el equipo franji-verde que regaló a los asistentes unos maravillosos noventa minutos de buen fútbol. Ayer Elche demostró que con pocos millones puede igualarse a un equipo de alto standing, de la élite de Champions que resultó ser incluso más fácil de ganar que el propio Valladolid.
La maestría de los jugadores del Elche fue más que notoria ante un Martínez Valero abarrotado. Los jugadores salieron al campo pasadas las nueve menos diez con sed de venganza después de veinticuatro años sin pisar césped juntos, pese a que por los resultados seguro que más de uno se arrepiente de haber asistido ayer al atraco del año y del siglo. Si ya el Sevilla se quejaba por un gol encajado pasados quince segundos del final del partido, ¿cómo debió sentar a los franji-verdes ver como el incompetente árbitro pitaba penalti pasado un minuto del juego? Muñíz venía con la lección aprendida de casa, sabiendo que apoyar al débil no es favorable para gozar de los privilegios económicos que disfruta arbitrando partidos en primera división.
Entre pitos y gritos ayer despidieron los ilicitanos el partido más comentado desde hace años, y es que claramente quedó evidenciado la carencia de lógica que había llevado el árbitro, no solo en los últimos minutos, sino durante ambas partes en las que favoreció al Madrid.
Muñíz se adelantó a navidades y les regaló los ansiados tres puntos que hacen que el equipo merengue levante cabeza, desde Cuéntame al oído y en nombre de todos los ilicitanos solo nos queda contestar con un simple y sencillo: ¡MORRY CRISMAS!