La actual alcaldesa de la ciudad Mercedes Alonso García, ha estudiado en profundidad un proyecto que consiste en el derribo del tradicional mercado de abastos para construir un nuevo edificio a desacorde con el rústico entorno. La alcaldesa amenaza y desahucia a todos aquellos placeros que no tienen dinero para pagar la remodelación, ni para subsistir con sus nuevas y demoledoras tarifas.
La picaresca actitud de la gobernanta del Partido Popular estuvo a flor de piel hace unos días, y en boca de todos los que allí se congregaban. Mercedes anunció que se reuniría con todos los placeros en la noche del martes, y como suelen hacer los políticos, la alcaldesa no solo no se presentó sino que ni tan si quiera dejo entrar a la gente. Un miembro de seguridad pedía identificación a todo el mundo. Evidentemente y con gran justificación hubieron protestas a por doquier.
Cuanto menos desconcertante, unos hablan de que sí se construirá y que los placeros quieren, los placeros amenazan con denunciar a la alcaldesa y entre todos han armado un caos digno de una película de Woody Allen. No solo por el fluido humor con el que habla Alonso, sino por la perpleja situación que se está viviendo en la que nadie se pone de acuerdo, y en la que el ayuntamiento no pone medios para arreglarlo.
Se arma la Marimorena y de nuevo aparece en España un turbulento asunto en el que la prensa, por una vez, refleja la verdad, la verdad de cada uno, que resumido en titulares todos sí, todos no. Nadie de acuerdo y en unas semanas el veredicto final. El mercado se construye por orden de la excelentísima alcaldesa Mercedes Alonso.
¿Entonces para qué pregunta si van ha hacer lo que les dé la gana?
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