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viernes, 4 de julio de 2014

AUTOTUNIZATE

Benditos  sean los televisivos porque  Dios  les  ha  concedido  una  voz  maravillosa. ¡Qué envidia! Puede  que sea  casualidad, pero lo cierto es  que  hasta  Mario Vaquerizo es  capaz  de   interpretar  doce  canciones  para un disco  sin un gallo, sin un mísero error  que resaltar.  Como él,  una larga lista,  y no, no es  casualidad, y es  que ahora ya  no  solo  usan  maquillaje   cuando asisten a  los platós  a gritar y dar  espectáculo, ahora también pasan  por chapa  y  pintura los prodigios que deciden hacer de su voz una profesión.
Personajes  como la Pelopony,  dignos de  examinar con lupa y lo que no es lupa, tienen voces magnificas que  bien se podrían comparar  con  la de  la Reina del Pop, del Rock o hasta con la de Letizia I, pero no nos engañemos, detrás de  esas dulces  voces  hay  gritos de ogro que quedan encarcelados  en los estudios.  Jamás  los escucharemos, porque  sus recitales, sus actuaciones  en televisión y en cualquier  plataforma digital  son en Playback.

No os  asustéis, no debéis  hacerlo, igual que dos  más  dos  son cuatro, los  cantantes de  hoy en día, o mejor dicho  los artistas de la actualidad, en su gran mayoría, y sobre  todo si son televisivos,  hacen  playback, cantan en playback. Su único esfuerzo, mantenerse  sobrios  encima de  un escenario. Parece  fácil pero  no lo es,  al igual que  parece  que  sea  sencillo , pero tampoco, tiene  su aquel.

Mientras que algunos  cantantes  de  verdad  pelean a marchas forzadas por  labrarse un futuro abocado al fracaso absoluto, otros  ascienden  como la espuma  a  base de  talonario.  Si  no es  suficiente  el dinero bastará  con un  espectáculo bochornoso  en el que se vomite en directo o se unten de  mantequilla  para  pasar por la alfombra  roja, morada  o verde.
Hay  grandes divas que se autotunizan,  Britney Spears, sin ir más lejos. ¿Qué mérito tienen? El hacer una jugosa  exhibición, entre lo ridículo y lo inaudito.

Hasta el hijo de la Pantoja  es capaz  de   pinchar,  cantar y  bailar,  cuando algunos pensaban que estaba  todo visto,  cuando los más  sabios de  España  auguraban que el  pequeño Francisquito no era capaz de  hacer ni una cosa  como Dios  manda, ahora  hace hasta tres.  Aunque claro,  siempre  con la ayuda  del programa  que  desvirtúa  cualquier voz.
Serán lo que serán, todo menos cantantes. ¿Dónde  han quedado  las voces de  Elvis? De Michael Jackson, de  la gran Rocío Jurado... ¿Dónde está la magia del directo? Pues seguramente esté, donde  quedo el gusto por la música.

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