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miércoles, 16 de julio de 2014

ASÍ ES ÉL

No me suelo posicionar sobre estos temas,  tampoco es que todos los días emitan  en un canal importante, de índole nacional, la vida del hijo de una cantante famosa. Lo hemos visto interviniendo  en programas  de forma ininterrumpida desde  que era muy joven, del mismo modo que  ha sido portada de  muchas de las portadas de los kioskos  en los últimos 30  años, es decir tres décadas narrando los buenos, los regulares, y los malos momentos de él. Del hijo de Maribel, de Isabel. Para aquellos que aún no sepan de  quien hablo, si es que aún hay alguien que no lo sabe, que lo dudo, se trata de  Kiko Rivera, Francisco.
Empezaré diciendo que  considerar a  Kiko Rivera como un cantante de éxito es un error, no por su éxito, que es indudable, pero no es cantante. Es artista.  E incluso me atrevería a decir  que se trata de un pseudoartista.

A un cantante nunca le fallaría  la voz,  bueno, si que se lo podría permitir, tal vez en una ocasión pero no  como Francisco, que falla una, dos, tres y hasta veinte, ¿y la culpa?,  como no, el micrófono. ¡Maldito micrófono!
Ya no solo es eso, es un poco, o mejor decir muy desagradecido, porque pensar que el apellido Rivera Pantoja le ha perjudicado es casi una estupidez tan grande como afirmar que la tierra es plana o que el ser humano es descendiente de los perros.  Yo no sé si realmente  Kiko piensa  que  él es un cantante de pro,  pero si es esa la idea que tiene debe entender que no, que ni muchísimo menos, ni por asomo.   Tal vez  Shaila Morales, más conocida como la hija de Marieta, sí que le ha pesado el apellido Durcal, pero el Pantoja no pesa, le ayuda a llenar  salas que si no fuera  por  su madre ni  vería  desde los cristales. Con suerte podría llegar  a  ser uno de esos hombres corpulentos que están tras una barra y guarda cuidadosamente  los abrigos.

Detrás de esa sonrisa impostada, detrás de  las risas ante sus decenas de fanes llega  ver la verdadera cara de Rivera, ese hombre  que  nadie le importa, que más bien solo quiere salir del paso, cobrar y poco más,   entre poco y nada le interesa afinar la mínima nota  de su canción. Plagiada, por cierto.
Me recordaban  que Mario Vaquerizo también es un personaje  que no sabe cantar, pero por lo menos es gracioso, agradecido y da buen espectáculo.

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