No me suelo posicionar sobre estos temas, tampoco es que todos los días emitan en un canal importante, de índole nacional, la vida del hijo de una cantante famosa. Lo hemos visto interviniendo en programas de forma ininterrumpida desde que era muy joven, del mismo modo que ha sido portada de muchas de las portadas de los kioskos en los últimos 30 años, es decir tres décadas narrando los buenos, los regulares, y los malos momentos de él. Del hijo de Maribel, de Isabel. Para aquellos que aún no sepan de quien hablo, si es que aún hay alguien que no lo sabe, que lo dudo, se trata de Kiko Rivera, Francisco.
Empezaré diciendo que considerar a Kiko Rivera como un cantante de éxito es un error, no por su éxito, que es indudable, pero no es cantante. Es artista. E incluso me atrevería a decir que se trata de un pseudoartista.
A un cantante nunca le fallaría la voz, bueno, si que se lo podría permitir, tal vez en una ocasión pero no como Francisco, que falla una, dos, tres y hasta veinte, ¿y la culpa?, como no, el micrófono. ¡Maldito micrófono!
Ya no solo es eso, es un poco, o mejor decir muy desagradecido, porque pensar que el apellido Rivera Pantoja le ha perjudicado es casi una estupidez tan grande como afirmar que la tierra es plana o que el ser humano es descendiente de los perros. Yo no sé si realmente Kiko piensa que él es un cantante de pro, pero si es esa la idea que tiene debe entender que no, que ni muchísimo menos, ni por asomo. Tal vez Shaila Morales, más conocida como la hija de Marieta, sí que le ha pesado el apellido Durcal, pero el Pantoja no pesa, le ayuda a llenar salas que si no fuera por su madre ni vería desde los cristales. Con suerte podría llegar a ser uno de esos hombres corpulentos que están tras una barra y guarda cuidadosamente los abrigos.
Detrás de esa sonrisa impostada, detrás de las risas ante sus decenas de fanes llega ver la verdadera cara de Rivera, ese hombre que nadie le importa, que más bien solo quiere salir del paso, cobrar y poco más, entre poco y nada le interesa afinar la mínima nota de su canción. Plagiada, por cierto.
Me recordaban que Mario Vaquerizo también es un personaje que no sabe cantar, pero por lo menos es gracioso, agradecido y da buen espectáculo.
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