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martes, 8 de julio de 2014

SÁLVAME DIVINA TRAGEDIA

Como  cada cierto tiempo, el programa de las tardes de telecinco vuelve a  salir  a la palestra,  vuelve a ser  noticia. ¿Y es bueno? Pues,  desgraciadamente, o gracias  a  Dios, no.  Siempre  es el  cultureta de  turno que pretende  hacernos creer  que él no ha sucumbido a los encantos de  Jorge Javier,  jamás nunca  ha  visto a Belén Esteban hablando con la boca llena, o admirado los encantos del chuminero de Lydia Lozano. Seguramente,  todos ellos,  son  más  de  los documentales de  la dos.  Como toda  España, que nadie  ha  visto  Sálvame nunca, todos tienen  sintonizado la dos y con suerte National Geografic. A las pruebas me remito, 1.973.000  ante los 371.000, adivinen  de quién es la audiencia  que llega  casi a  los dos millones, y la que no sobre pasa  los 400 mil. 

Sea como sea,  el programa "que nadie  en España  ve",  que  a  nadie  le gusta, llega  a  los  cinco  años con sus  mejores  datos de  audiencia desde  su estreno.  Poco  queda  de  aquel  plató en  el que  eran  dos y el de la guitarra, el rostro más  conocido  era  el del  que producía las palmas de aquel  programa vespertino.  Ahora, 1730  programas  después, todos ellos, convertidos en verdaderas estrellas mediáticas, haciendo las Américas.
Telecinco tira la casa  por la ventana, lo celebra  a  lo grande, como solo ellos saben hacerlo. Un mural  que ocupa toda la fachada de  la nave  de Fuencarral,  cambio estético del plató, y unas letras tridimensionales que  nos recuerdan que el programa cumple los mismos años que la cadena que le da cabida CINCO.

Ayer,  fue  día, o mejor tarde de inauguraciones, y es que, el  jefe del cortijo cortó el lazo de  dos museos, una exposición fotográfica "Cuando la vida se hizo tele", y un museo al uso, al puro estilo de  la casa de Mozart. En esta  brillante sala, llena de ingenio, y desparpajo, se pueden  encontrar sillas del antiguo plató o incluso un retrato de la Reina del programa. 
Dice el presentador, y muy acertado, que  muchas personas ven el programa para blanquear sus conciencias. Nada mejor que cometer un pecado capital, con mucho morbo,  tanto como ver  sálvame  a hurtadillas. Así que, amigos, críticos  de la televisión experimentados, seguir pecando, que Dios hace la vista gorda, si se trata de  programas del corazón. 

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