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viernes, 4 de julio de 2014

LA MODA PARA HOMBRE, ENTRE LOS ORDINARIO Y DEAGRADABLE

Que ordinariez, es  que  ya no es  solo estrafalario  es  mucho  más que vulgar, no tiene definición humana, no hay adjetivos que describan   las  nuevas  modas   futuristas.  No entiendo  como   esta  sociedad  homófoba  y   conservadora  acepta   las  nuevas tendencias,  parece  que hoy  en día  es la moda  quien domina  sobre  los  compradores y no al revés, que pena. 
Empezó siendo  algo puntual, y de  lo puntual  ha pasado  a ser  una epidemia  imparable, se  ha extendido  entre todas  las tiendas que eran medianamente normales, esas marcas   que pese a  ser caras  se  calificaban de  LowCost. Ahora   dan la imagen de  baratas y rancias; posiblemente  si  entráramos , nosotros los hombres,  a comprar  en la sección de  mujeres  encontraríamos  con  mayor  o menor  fortuna lo mismo,  y  sino lo  mismo,   algo muy parecido.   Está claro, tan claro como el agua que  detrás  de  cada  pantalón con  flores  estampadas,  detrás  de  esas camisetas de  leopardo  y cuero, hay un comprador. Ley de  la oferta y  la demanda.  

Risa  me da  la gente que  dice que  es preocupante  que  alguien vea  sálvame en este país,  lo verdaderamente  preocupante  es  que   un ser vivo, individuo o ser humano  pueda lucir  las prendas  expuestas  en prácticamente  todos los escaparates de esas tiendas.  Hemos pasado  de  la camiseta  básica a una   estilo hawaiana,  que  no digo que sea indigna, es  correcta  para  ir  a  chueca en sus días  grandes,  pero desde  luego no para  ir  un día normal  por  la calle.   Roza  lo ridículo, y dependiendo de  la persona  sobrepasa  lo vergonzoso.
En está ocasión,  a  mi parecer  la moda avanza  más  rápido que la mentalidad  de  nosotros, los españoles.

Porque  me han enseñado a no decir "jamás", nunca digas  nunca, pero desde  luego  que  ganas  no me faltan, porque  sinceramente  es  lo mínimo.   ¿Quién es  capaz  de  combinar esos vertiginosos conjuntos? ¡¿Quién?! Nadie,  bueno, casi nadie.
No entiendo entonces por qué, porque  obligarnos  a embutirnos  en la  costura  futurista, por qué intentar que avancemos en apariencia  a  marchas forzadas si lo que escondemos debajo   es mucho más retrogrado. No  lo entiendo, perdonadme, pero no lo entiendo.   Me disculpará el Señor  Zara, el señor Amancio, o quien sea  el encargado de  idear, de planificar,  tales despropósitos, porque bien parece  un plan  hecho  por la competencia.

Sea como sea algo queda claro, no se puede  juzgar el libro por la portada, porque  vistan de forma progre con mayas de  leopardo, plataforma y cuero seguimos siendo la misma sociedad atrasada, retrasada. 

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