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domingo, 2 de febrero de 2014

NI TU NI NADIE PUEDEN CAMBIARME




Cambia  el director, sigue  la  orquesta


Así es,  tras  veinticinco  años  de presidencia,  el director  del  diario El Mundo  ha tenido  que abdicar de  su  puesto y poner  punto  final  a  su  trayecto  como   máxima  autoridad  en la  redacción. Hoy  ha quedado en evidencia,  no  puede ser  de  peor  forma,  ha tenido que  contar   todo  a través  de   una  carta  del  director  sin pies  ni cabezas. No  porque  no tenga una  estructura  explicita,  que no la  tiene, pese  a  que  yo no sea  quien  para  poder  juzgar  su forma  de  escribir.  Lo  que  sí juzgo,  y no yo, la  sociedad, es  como  a  la  gente  que  se  mete  en  política  les  suele  embestir  el  toro. A  todos no,  pero si  a  casi todos.  Reciente  es  el  caso  de  Canal  Nou, la  mayoría de  los  trabajadores se  tuvieron que tragar  su vergüenza y pedir  disculpas  por no haber cubierto  las  noticias  con objetividad  por  la jodida  ideología  de  una  comunidad  que  se  cae  a  pedazos,  la comunidad  valenciana  un  vertedero,  vertedero  de  escoria  y  políticos  corruptos  que deambulan por  la  calle  entre trajes, dinero  y  yates. 
Pedro J hacia  referencia  una  vez  más  a  la canción de  Alaska "Rey  de  nieve" aunque  escogió mal el fragmento: "¿Dónde  está nuestro  error  sin solución?"  Porqué  eso  es lo  que se  debe  preguntar, donde  está  su  error  sin solución,  solo  él fue  el culpable, o tal vez  no.  La  lastima  es  que  en esta  ocasión,  por una vez  creo  que  es  él quien  tenía  razón. 

Lastima  que  la justicia no sea  justa... Y  es  que se  ha  metido  en  la  boca  del  lobo,  hasta  el fondo,  y  le  ha hecho  mucho  daño a  quien no tenía ni que  mencionar, a  ellos,  a los  políticos.  A los  gobernantes, los que siempre  están  en la  derecha  y  juegan    en su misma  división,  o tal  vez  ha  querido  atacar   a  un equipo de  champions  como  es  el  Partido  Popular,  aunque  desde  hoy  ya  solo  comparten  un poco de  ideología extremista y nada  más. Su juego de  palabras  le ha  salido mal,    cinco horas  con Mario y las diez  restantes con Barcenas le han  catapultado  a   donde  está ahora  mismo. Fuera  del puesto de  director, ¿por qué? por tocar las  narices y otras partes  de la anatomía  humana.

No lo entiendo  yo,  no  lo entiende  tampoco  él ¿cómo? ¿cómo ha podido  estar 25 años en  el poder del periódico?,  solo  me  viene  a  la  cabeza  la  palabra  tecnocracia,  tal vez  dictadura.  Ramírez  esta  vez, en su carta  de  despedida  tira  en cara  muchas  cosas,  pone    en la palestra  a  su  amigo,  por  no decir  otra  cosa, Mariano Rajoy.  21% de  IVA,  qué  más quiere,  no querían PP,  pues  que tomen  PP,   que tienen para rato.
La  miseria  del presente  deja  sitio al desorden del  futuro,  Pedro  J  alaba  toda  su trayectoria,  casi convence   que  su   periódico  ha  sido  plural,  y  digo  casi  porque  finalmente  no  lo consigue, pasa  desapercibido entre  tanta  letra  y resalta  como algo irónico  y jocoso, intenta  persuadirnos  de  que   no ha  lamido  el  trasero al  Partido Popular  en general  ni  a  la  derecha en  particular sin darse  cuenta  que los lectores  no hemos estado  en  una  burbuja  retenidos  estos  25  años,  que  solo desde  hace  dos  años  los  españoles  no tenemos  una  enseñanza  de  calidad,  que  algunas   personas sabemos leer  y hasta  pensar, aunque  moleste. Porque  digo yo que  molesta.

En lo único que estamos de  acuerdo es  en el momento  que  dice  que  Mariano Rajoy desea gobernar  en un  país sin periódicos, o mejor dicho desea  gobernar  sin país.  Cambia el director,  sigue  la orquesta, aunque  este  más  que  cambiarlo lo han  matado,  le  han roto la  batuta y él en su afán  de  protagonismo se  despide  con la  carta, la del  director, a  la  vez de  despedida  en la  que  solo cuenta  la realidad. La  realidad  paralela  que se  vive  en El Mundo, El  Mundo  de Pedro José Ramírez  Codina, Pedro J.  para los  amigos, para  sus  lectores, que  a pesar  de  todo leen  sus diez horas con Barcenas.  Y es  que  realmente  guardan un parecido con  las  cinco de  Mario,  las  dos están anticuadas. 

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