Después de 2012 todo el mundo pensaba que ya no se acababa el mundo, "si lo mismo decían en el 2000", pues quien piense que no va a suceder una catástrofe mundial que haga que los cimientos de la tierra se vayan a pique están muy equivocados. Sí, sí han leído bien, el principio del fin ha empezado. Y no lo digo porque el número en ventas allá sido Belén Esteban durante meses consecutivos, ni porque sálvame sea el programa más visto, ni tampoco porque seamos el país con un indice de pobreza y desnutrición infantil más elevado de Europa, que también, pero no.
Y es que lo que ha sucedido ha sido mucho peor, la hecatombe que se acaba de iniciar es el principio del fin de las relaciones entres los Pantoja. Para entender esta historia debo introduciros a todos, poneros en situación. Francisco Rivera alias Kiko Rivera (DJ dependiendo del día, la noche o en la situación que se encuentre), o como le bautizaron en la prensa rosa en general y el tomate en particular Paquirrín. Isabel Pantoja Martín, conocida como la dientes dientes, viuda de España y la tonadillera. Seguidamente entra en primer plano Alberto Isla (que no es pariente de camarón), sin oficio ni beneficio, se benefició a la hija, Isabel Pantoja Junior, conocida por el mundo sálvame como Isabel II y por el resto de los mortales como Chabelita. Entre todos empezaron a tirarse los trastos a la cabeza, porque la niña se cansó de estudiar porque estaba preñada y quería tener al hijo, se puso la bandera de no al aborto y "me como a quien se ponga por delante", y ahí que va la miura madre, Isabel Pantoja, que dice que de eso nada monada, pero que sí, sí que la niña ya es mayor de edad y en eso que salgo de la finca donde ha estado encarcelada durante esos meses, paso de la prensa y me dedico a la vida bohemia. Mi hermano se enfada mogollón y pone tweets donde pone a la mujercita a parir, así que entre pitos y flautas va el Paquirrín y dice que ha sido un hacker, pero de hacker a hacker y tiro porque me toca y va y se sienta el tío en un sálvame Deluxe. Primero pasa la cuenta corriente y luego él y sus perlas. Entre las brillanteces que salen de su boca un adjetivo que describe a la perfección a Alberto Isla "pelopolla".
Llegan las navidades y vuelve a casa como el turrón, que esta noche es nochebuena y mañana navidad, y entonces con la entrada del mes de febrero le entran ganas de parir, pasa la cuarentena con su Madre y después se va a operar las tetas y si te he visto no me acuerdo.
Isabel se enfada, se enfada mucho, y ella que es "honesta con él y contigo" como suele cantar, va y le suelta las cuarenta ante toda la prensa de España, le lee la cartilla del principio al final y cuenta que si te he visto no me acuerdo, que no habla con ella porque ya se ha cansado.
Como es lógico la Pantoja llama a su fruto seco por teléfono y le calienta la cabeza, el otro vuelve a poner los tweets y vuelve a sálvame Deluxe. Bienvenidos a la era de "por dinero lo hago todo", se abre de nuevo el ciclo del círculo vicioso, de platós y exclusivas. Como dice Isabel ellos son "un poco la sal un poquito la arena".
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