El PSOE está cerrado por reformas. Los socialistas españoles han colgado el cartel de cerrado por reformas, y no es casualidad ya que desde hace más de dos años el partido vive una crisis interna que ahoga las esperanzas de futuro de sus militantes, jóvenes y no no tan jóvenes.
Es cierto, e incluso indiscutible que el SOE ya no es lo que era, atrás han dejado al carismático Felipe González, lejos quedan las frases de "puedo prometer y prometo", las han cambiado por: "voy a dimitir y dimito". Uno a uno van cayendo como moscas la cupulilla socialista, empezó Rubalcaba y le han seguido varios más, hasta llegar a uno de los que más ha dado que hablar. Pere Navarro.
Los apoyos del líder catalán han ido cayendo a cuenta gotas, bien sea por su postura más radicalizada a lo largo de estos últimos años, o porque han sido imputados en casos de corrupción y han sido obligados a dejar sus cargos, los escasos refuerzos que le quedan ya no son suficientemente fuertes para aguantarle como capitán de los socialistas independentistas. Es por eso por lo que Pere Navarro sabe que ha llegado el momento de hacer la maleta, de irse con la cabeza medianamente alta.
Dentro de este cisma político, de unos que van y otros que vienen, existen los que quieren desmarcarse sigilosamente, es el caso de la presidenta de Andalucía (Susana Díaz) que no ve que sea el momento, y pese a que se escuda en los votantes socialistas de su comunidad está claro que la cosa trasciende fronteras. Mejor dejar el tiempo pasar y llegar en un momento en el que los cimientos del socialismo no estén tan débiles, por lo menos no tanto como ahora.
Uno de los partidos, sino el que más, antiguos de España está en ruinas, tiene unos políticos que no hacen honor al nombre, de obrero tienen poco, de clase baja menos. Y entre toda esa gente escandalizada, estoy yo, que no puedo entender como teniendo tantos apoyos, de golpe y porrazo ya no tienen tantos. Si que lo entiendo, pero no comprendo como han dejado que esto suceda.
Mientras algunos intentan reconstruir las ruinas socialistas, otros tanto empiezan a gritar, a nadar a contra corriente. El PSOE se divide en diversas ramificaciones, aquellos que quieren un referendo para la continuación de la monarquía parlamentaria o República, otros tantos defienden el derecho a decidir en Cataluña y después están los que ni se mueven ni dejan mover. "Que haya otra persona que lo lidere", eso dice Navarro, y eso digo yo. Que haya un nuevo líder que vuelva a los orígenes del socialista más visceral.
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