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domingo, 1 de diciembre de 2013

ESTRELLA O ESTRELLADA

¿Donde  están los límites de  los  famosos?

Lujo, dinero  y fiestas descontroladas, la  fama  va ligado al  mundo de  la  noche  y con  él,  los  problemas de  sustancias. No  solo este  factor  hace  que  el  mundo del  famoseo sea un peligro  en  toda regla sino   el  poder  del  dinero, que  muchas  veces   hace  gozar  de  ciertos  derechos que  les  enfrenta  al resto de  la  ciudadanía.

: focos, fotos o autógrafos, a  mayor  o menor  escala, no solo  aquellos  famosos  de  medio pelo  que  después  de  su minuto  de  gloria  van  en busca  del  segundo mientras  se  comen  el  mundo mediante  desplantes y escándalos rutinarios. Esos  aires  de  superioridad  afectan a  todos  quienes  la  prueban,  y desgraciadamente la  mayoría  se  arrepiente de  ese comportamiento  vergonzoso  que mantienen  mientras  dura  el  colocón de énfasis y glamour.
De  poco  valor  y de  grandes  apariencias, lucen descaradamente en las  portadas de la prensa  sensacionalista,  lo que  a costa  de los  contratos  millonarios  o  tal  vez  menos  cuantiosos , pero jugosos,  han adquirido. Y  pese  que  algunos  les  revuelva  el  estomago  y  arrebate  el apetito de  tantos otros, esto no es  un problema  sino  una  virtud que  probablemente se  deba  a su  trabajo de  poco esfuerzo.

LOS  PROBLEMAS

Hasta  ahora  solo hemos  citado  las  virtudes  de  las que poseen  las  celebridades, pero la popularidad trae consigo manzanas  envenenadas.
Regalos, dinero, son  solo dos  de  los  miles  de  ejemplos. La  prioridad y la preferencia de  la  que  disfrutan en  lugares  tanto privados  como públicos es  una  de  las  causas  de   los  enfrentamientos de  la  gente de  a pie. Esas  personas  más  quisquillosas  que no soportan que   personalidades de  cierto renombre, y  otros privilegiados obtenga esos  beneficios  que  no  van en las  clausulas  de  sus suculentos  contratos.

A los insignes, glorioso e ilustres cuya popularidad  les  hace  vanidosos  y   les  incita  a  usar la picaresca  española, mediante  actos  fraudulentos e  intentos  de  estafa y desfalco  a  entidades económicas, al igual que  todos  aquellos  que  guardan a  buen  recaudo  su inmenso  e  incalculable  patrimonio  en    los  conocidos  como paraísos  fiscales, mientras  que  la muchedumbre  empobrecida paga  por todos  ellos, a  los  que el dinero les  sale  por las  orejas.

Otro problema  que   golpea  duramente esta  profesión  son las  adicciones,  se  cuentan  por  miles  las  personas  que han contado  en la televisión o en el papel  couche  sus problemas  y  diversas enfermedades  relacionadas  con el abuso de  sustancias.
Los  últimos  en  apuntarse a  está  larga  lista  son  la  muy conocida  Belén Esteban, quien ha decidido narrar su drama en sus Ambiciones y Reflexiones, no solo  la  princesa del  pueblo, también  lo  han  hecho otros personajes  mediáticos  como  la  hija  de  Ángel Cristo que  continua siendo rehabilitada  y en  un  proceso  fuerte de  desintoxicación, al que le  han añadido apariciones  esporádicas  en la  televisión para  no perder  la costumbre  ni dejar grandes  agujeros  económicos en su bolsillo. El actor  protagonista  de  Glee  o  la  cantante  Amy  Winehouse son   grandes  estrellas  que acabaron estrelladas  por  sobredosis  de  alcohol y otras  sustancias.  No  solo  ellos, sino que también la  cantante  Lady Gaga   apuntó en varias entrevista que el diablo es  la  cocaína  y  que ha sido una de sus peores  etapas  en la  vida, Miley Cirus  ya apunta manera  y posiblemente ocupe  el siguiente lugar  después de  haberla  visto fumando Marihuana  en  la  entrega  de  unos  premios  de  música.

 El mundo de  la  fama  trae  consigo grandes  inconvenientes  adornados  de  colores  llamativos para  caer en la  tentación, como el mismo Adán.  Daños  irrecuperables,  deudas  multimillonarias  y    grandes de  cabeza al pasar  el  minuto de  gloria...  Antes  de  convertir  esta  profesión en forma  de  vida  habría que pensar  ¿dónde  están los limites?



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