Que buenos tiempos aquellos en los que se emitían series de verdad, programas en serio, y que pena que ahora lo único que interese es vernos a nosotros mismos reflejados en la pantalla.
Pese a que sea triste es la realidad, y nunca mejor dicho. Pero, que pretende la gente que lo critica si la propia televisión no ofrece nada mejor. Aquellas cadenas que se definen cultas solo venden cortinas de humo de sabiduría e inteligencia, y al fin y al cabo acaban emitiendo la misma basura cambiada de nombre. No hace falta enumerar decenas de casos. Cuanto menos curioso, pero cierto como la vida misma. TopChef y Masterchef. La voz o El número 1. Muchos critican la tele-basura cuando no se dan cuenta que ya no existe otro tipo de programas. Exceptuando dos o tres todos siguen el mismo patrón, todos son cortados a medida pero con la misma tela. Es verdad, se copian unos a otros, los canales de televisión son clones pintados de diferentes colores, pero igual de infestados todos. La epidemia del morbo se expandió rápidamente, tanto que no dio tiempo a pararla, no solo eso sino que los programas que podríamos considerar mediocres son maltratados a golpe seco a base de publicidad indiscriminada que aborrece al espectador que finalmente tiene que cambiar o dormirse.
Me gustaría preguntarle a los críticos de televisión actuales que programas ven ellos, porque realmente es un gran merito y extraordinario trabajo de investigación encontrar un programa que guarde la estructura de años atrás donde la tele era tele y los que salían lo merecían. No quiero decir con esto y no me gustaría caer en la equivocación de generalizar que todo en la caja cuadrada sea malo, sino todo lo contrario, que no todo es bueno.
La solución para este problema no es fácil, requiere un cambio no de programación, sino de algo mucho más complejo, de mentalidad. Con esto no pretendo que nadie encienda la televisión y sintonice solo la dos, que es la única que se salva del chaparrón, y aun así es extremadamente aburrida y nos lleva al KIT de la cuestión, también aburre. Y entonces solo nos queda preguntarnos ¿es mala la tele basura? No lo creo.
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