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domingo, 27 de octubre de 2013

LA ÉPOCA DEL ESTROPICIO

Que  buenos  tiempos aquellos  en  los  que se emitían series  de  verdad, programas en serio, y que  pena  que  ahora lo único  que  interese es vernos  a nosotros mismos  reflejados en la pantalla.
Pese  a que sea triste es la realidad, y nunca mejor  dicho. Pero, que pretende  la  gente  que  lo  critica  si la propia  televisión no ofrece  nada  mejor. Aquellas  cadenas  que  se definen  cultas  solo venden  cortinas  de  humo de  sabiduría  e inteligencia, y al  fin y al  cabo   acaban  emitiendo  la  misma   basura  cambiada  de  nombre. No hace  falta  enumerar  decenas de  casos. Cuanto menos  curioso, pero  cierto  como  la  vida  misma. TopChef y  Masterchef. La  voz  o  El  número  1.  Muchos  critican  la  tele-basura cuando no se  dan cuenta  que  ya no existe   otro tipo de  programas. Exceptuando  dos  o tres  todos  siguen el mismo patrón, todos  son cortados  a  medida  pero  con la  misma  tela. Es  verdad, se  copian  unos  a otros, los  canales de  televisión son  clones   pintados de diferentes  colores, pero  igual de   infestados  todos. La epidemia del morbo  se expandió rápidamente, tanto  que  no  dio  tiempo a  pararla, no solo  eso  sino  que  los  programas  que  podríamos  considerar  mediocres  son maltratados  a  golpe  seco a  base  de  publicidad  indiscriminada  que aborrece  al  espectador  que  finalmente  tiene  que  cambiar o dormirse.
Me  gustaría  preguntarle  a  los  críticos  de  televisión actuales  que  programas  ven ellos, porque  realmente  es  un  gran merito  y  extraordinario  trabajo  de  investigación encontrar  un programa  que  guarde  la estructura  de  años  atrás  donde  la tele  era  tele y  los  que salían lo merecían. No  quiero decir  con esto y no me gustaría  caer  en la  equivocación de  generalizar que  todo   en la  caja  cuadrada  sea  malo, sino  todo  lo contrario,  que no  todo es bueno.

La  solución para  este  problema  no es  fácil, requiere  un cambio  no de  programación, sino de  algo mucho más  complejo, de  mentalidad. Con esto  no  pretendo que  nadie  encienda  la  televisión y sintonice  solo  la  dos, que  es  la  única  que se  salva  del chaparrón, y aun  así es  extremadamente  aburrida  y nos  lleva   al  KIT  de  la  cuestión, también aburre. Y entonces  solo nos queda  preguntarnos ¿es  mala  la tele basura? No  lo creo.

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