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martes, 11 de marzo de 2014

DIEZ ONCES DE MARZOS Y LA HERIDA NO CICATRIZA

Han  pasado  diez  años, y ni  diez  años  han hecho  olvidar  todo  lo que se vivió aquel  fatídico once de  marzo,  por  mucho que ha llovido, por  mucho que  hemos llorado, reído,  nadie, o  por desgracia  casi  nadie puede borrar de  sus  cabezas  el terror, el horror que se vivió  el  11-M del 2004.
Aquel día  todos  morimos   un poco,  unos más que  otros.  Hasta  entonces  estábamos  acostumbrados  a  ETA,  después nos  dimos  cuenta  que no  éramos  inmunes, que  hasta  una  mañana  cualquiera,  yendo  al trabajo,  a  casa,  o  moviéndote  en  un tren a hora  punta podía  pasar.  Hasta  el momento,  y esperemos  que se  mantenga  en eso, es  el segundo mayor  ATENTADO. Porque  fue  eso, ni más ni  menos, un atentado  con todas  las letras.  Diez  explosiones  que  detonaron dejando a  más  de  1800 personas  heridas  y llevándose  por  delante la vida de  200 personas. Muchas familias  que por  desgracia perdieron  aquel día  un padre, una madre, un abuelo o un hijo.  El resultado  de  un ataque  de  una  célula  yihadista.

Hoy  no es un día para  el  morbo, desde  luego que no es  el día idóneo para  buscar  culpables  de  nada, tampoco  aquel 11 de  marzo. Los  conspiradores  hicieron de  eso, de  conspiradores,  y algunos políticos desgraciadamente  no cumplieron sus   funciones  e  intentaron  ejercer  de justicieros saltándose el protocolo. Lo podemos llamar  censura,  tal  vez  una  invitación a  rectificar,  lo  que  se  hizo  con  los  periodistas  que  recibieron   cartas  del  gobierno que decían que  no se  hablase  de  atentado de musulmanes, sino  que se  pusiera  en las  portadas  el  nombre  de  ETA,  bien grande,  en negrita  y si hacía falta  subrayado.  Obviamente  el doce  de  marzo de aquel 2004  todos  los españoles  fueron, fuimos,  al quiosco o donde  fuese  a  comprar  o leer  la prensa,  periódicos  manipulados,  escritos  a  medida  para  un gobierno que había olvidado   todos  los valores éticos  y morales.
Confusión,  y  más  confusión,  a  día  de hoy  seguramente  quede  algo de  eso, hasta  Mariano Rajoy, presidente  de España  en la actualidad, el día trece de  marzo,  dos  después  de  los  ataques  decía que estaba seguro  que  ETA era  culpable. Y así,  nos dieron  las  dos  y las tres, las  cuatro, las  cinco y las  seis. Manifestaciones, comunicados  y un sin fin de  declaraciones  que  ponía  en el centro de  la diana a ETA.

La  manipulación  que llevaba   a  la confusión no acaba  ahí, no acabó ahí,  desde  luego que  no, los populares, perdón  los  que  gobernaban en  aquella  época,  decidieron emitir  documentales  de  ETA  y de  los afectados  en la televisión PLURAL (tanto  como lo  es  ahora).  Algunos  atrevidos  medios  de  comunicación  como la  COPE  y El Mundo decidieron culpabilizar al grupo socialista,  que  seguramente  no sean  santos, ni  un grupo de  las  carmelitas descalzas,  pero desde  luego  que  tampoco  terroristas.

En fin, que  después  de  diez  años  seguramente  no haya  nadie  que pueda  haber pagado  el dolor, la  angustia,  el sufrimiento  que  tuvieron y tendrán  las  familias,  las  víctimas de  aquel  fatídico once de  Marzo.  Porque  no nos podemos  olvidarnos  de  ninguno,  desde  el número uno  hasta  el 192.

"Y ya estamos llegando, mi vida ha cambiado  Un día especial este once de marzo. Me tomas la mano, llegamos a un túnel  Que apaga la luz."

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