El cohete tuvo que esperar varios largos minutos hasta estallar con fuerza en el cielo. Exactamente veinte minutos, veinte minutos que se compensaran el próximo domingo catorce, el pobre de mí se entonara cuando el reloj de la plaza consistorial maque ni más ni menos que las doce y veinte de la media noche, rompiendo así una tradición centenaria que fue ya asaltada el pasado sábado.
Eso no fue todo, ya que después de lanzarse el chupinazo uno de los cohetes que se lanzan por cada concejal del consistorio pamplones cayo hacia bajo explotando entre el publico y provocando más heridos que se sumaron a una larga lista de personas, de los que cabe destacar las intoxicaciones etílicas.
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