Con mayor asiduidad me sucede. Lo reconozco tengo un problema. Cada vez me da más morbo ser "inculto", regocijarme en mi "incultura", consumir programas que son "telebasura", o lo que es lo mismo: "no aptos para gente con un mínimo de cultura". Me lo noto, y lo noto, va a más.
Como si fuera pecado mortal, con la pestaña de incógnito abierta, esta mañana de manera deliberada me he atrevido a serchear el primer capítulo de un libro que parece, y digo parece porque no lo es, una aberración; tal vez si viviéramos en el siglo XVI hubiera sido quemado antes de su publicación, o con mayor fortuna censurado por la cumbre eclesiástica.
Considero a Jorge Javier Vázquez un hombre trepidantemente inteligente, cuando digo trepidantemente inteligente quiero decir que me fascina, lo admiro. No será lo apropiado, porque para muchos como él mismo reconoce, será: "gordito" "bajito" "feo" y los programas que hace tienen una falta de moral considerablemente alta - pese a que se conviertan en lo más visto del día-, pero Jorge Javier, cada día más, me parece una persona espontánea, perspicaz e ingeniosa.
¡Me estoy leyendo su libro! Sí. Último verano de juventud, aunque más que leer, lo estoy devorando. Me parece una auténtica obra de arte, menospreciada por llevar la firma del conductor de programas de "telebasura".
Si Vázquez hubiera pública su libro empleando los textos acrósticos para revelar su identidad como hizo Fernando de Rojas en la celestina, habría sido un éxito, igual que él que está cosechando ahora, pero con menos críticas y más halagos. ¡Es así! Porque último verano de juventud, lejos de regocijarse en los entresijos de la vida de "fama idílica" que todo el mundo pensaba que tenía desvela lo que acarrea trabajar en el programa más mediatizado, criticado y vapuleado de toda la historia de la televisión española; y no, no hago referencia a Sálvame, estoy hablando de ¡Aquí hay tomate!
Último verano de Juventud es la narración perfecta sobre lo que es la fama mediática; lo que es estar en el punto de mira, es ver Sálvame a la inversa. El mundo de los excesos, del sexo, la lujuria, la fiesta, las drogas, el amor y el desamor.
Lo que empezó siendo una búsqueda, deliberad y esporádica a acabo siendo un libro más en la mesita de noche. Porque sinceramente ir a contracorriente me da mucho morbo. Pecar de esta forma me da vida. Así que me encanta Jorge Javier, su inteligencia, su integridad y su libro.
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